Hace unos días llegó a mi buzón el
último número de la revista ABB. En ella hay un interesante artículo titulado
"Del arco de mercurio al interruptor híbrido" que me ha motivado para
llevar a cabo el presente texto. Solo he pretendido hacer un resumen de datos
que me parecen muy interesantes desde la perspectiva de la Arqueología
Industrial y que he complementado con otras fuentes. Y digo interesantes por
que describen los sistemas tecnológicos que predominaron en la gestión de la
energía eléctrica hasta la mitad del siglo pasado. Todavía podemos encontrarlos
conservados, abandonados o expoliados en viejas instalaciones industriales.
La electrónica de potencia nació
ante la necesidad de convertir la electricidad de un nivel de frecuencia o
tensión a otro, evitando los medios electromecánicos móviles. Los
rectificadores de arco de mercurio fueron los primeros elementos empleados en
la electrónica de potencia. Dominaron los sistemas de conversión eléctrica
hasta la implantación de los semiconductores a partir de 1950.
Una vez superada la "guerra de las corrientes" protagonizadas por Thomas Alva Edison y Nikola Tesla, quedaron establecidos los campos de aplicación de cada tipo de corriente. No obstante, surgió la necesidad de convertir corriente alterna en continua o viceversa. Para las redes de distribución a medias y largas distancias, entre centros productores y consumidores, comenzó a usarse la corriente alterna en alta tensión. Las primeras redes de alta tensión en CA (corriente alterna) fueron realizadas en Francfort (Alemania) en 1891 y en las cataratas del Niagara entre 1890 y 1896. El uso de CA para la distribución eléctrica radica en la posibilidad de elevar o disminuir la tensión mediante transformadores, no siendo esto posible con CC (corriente continua). El objetivo es que para una misma potencia transportada, se eleve la tensión en disminución de la intensidad de corriente, según la expresión P=V*I. Así se evita la utilización de conductores de gran sección, para minimizar pérdidas, que serían antieconómicos.
Una vez superada la "guerra de las corrientes" protagonizadas por Thomas Alva Edison y Nikola Tesla, quedaron establecidos los campos de aplicación de cada tipo de corriente. No obstante, surgió la necesidad de convertir corriente alterna en continua o viceversa. Para las redes de distribución a medias y largas distancias, entre centros productores y consumidores, comenzó a usarse la corriente alterna en alta tensión. Las primeras redes de alta tensión en CA (corriente alterna) fueron realizadas en Francfort (Alemania) en 1891 y en las cataratas del Niagara entre 1890 y 1896. El uso de CA para la distribución eléctrica radica en la posibilidad de elevar o disminuir la tensión mediante transformadores, no siendo esto posible con CC (corriente continua). El objetivo es que para una misma potencia transportada, se eleve la tensión en disminución de la intensidad de corriente, según la expresión P=V*I. Así se evita la utilización de conductores de gran sección, para minimizar pérdidas, que serían antieconómicos.
Para muchos usos industriales y
domésticos es necesaria la corriente continua, como por ejemplo la carga de
baterías de almacenamiento. Los primeros sistemas de conversión consistían en
el acoplamiento mecánico entre máquinas de CC y CA. Además, actuando sobre la
excitación en CC de la máquina de CC, se variaba la tensión de salida. Este era
el caso del control Ward-Leonard y permitía, por ejemplo, un accionamiento de
la velocidad variable. Los sistemas motor generador eran eficaces pero poco
eficientes. Requerían un gran mantenimiento, necesitando lubricación de partes
móviles y sustitución de escobillas. Además, se perdía gran parte de la energía
en forma de calor. En cambio, presentaban una gran ventaja por su capacidad
para seguir funcionando ante breves cortes de alimentación gracias a la energía
cinética almacenada en la masa giratoria.
Conmutatrices de la Nave de Motores de Metro de Madrid
Un avance en el campo de la
conversión electro-mecánica de CC y CA lo supusieron las conmutatrices. Eran
máquinas de corriente continua que además del colector, poseían anillas
aisladas sobre su árbol y unidas a diferentes puntos del devanado inducido.
Dependiendo del número de anillas, la conmutación podía ser monofásica (dos
anillas), trifásica (3 anillas), tetrafásica (4 anillas) o hexafásica (6
anillas). Si se alimentaba estas máquinas como motor, por una corriente continua,
desarrollaban entre sus anillas tensiones alternas. De forma contraria, si se
alimentaban con corrientes alternas y excitaban con corriente continua, se
podía recoger entre las escobillas apoyadas sobre el colector una corriente
continua. El uso más frecuente de las conmutatrices era para transformar
corriente alterna en continua. Otro
medio electro-mecánico utilizado fue el convertidor de contactos. La onda de
salida era cuadrada en vez de sinusoidal y también requerían un gran
mantenimiento.
El reto tecnológico que se planteaba
era evitar los inconvenientes de los sistemas anteriores. En 1902, Peter Cooper
Hewitt presentó una válvula de arco de mercurio con una particularidad respecto
a las anteriores. Los electrodos estaban hechos con materiales diferentes.
Concretamente con mercurio uno y carbono el otro. Estaban encerrados en una
ampolla de cristal que contenía vapor de mercurio. Tenía la particularidad de
que los electrones pasaban del electrodo de carbono al de mercurio, pero no al
revés de forma apreciable. Este avance fue el nacimiento de la electrónica de
potencia y un antepasado de los actuales diodos.
El primer rectificador de vapor de
mercurio comercial fue suministrado a una fundición de Frankfurt en 1911 por la
compañía H&B (Hartmann & Braun). Esta empresa estaba especializada en
la fabricación de instrumentos científicos y por tanto apenas tenía experiencia
en la industria eléctrica con grandes corrientes. En 1913 se creó la empresa
GELAG (Gleichr ichter AG) junto con BBC (Brown, Boveri y Cia) para la
producción industrial de estos elementos.
Rectificador de vapor de mercurio (http://railsiferradures.blogspot.com.es/)
Gracias a la baja conductividad
térmica del vidrio, la potencia de una válvula de mercurio está limitada por el
área de su superficie. A medida que las potencias necesarias aumentaban, el
vidrio fue sustituido por acero. El circuito de un rectificador simple de
mercurio es equivalente a un puente H en el que seis ánodos cumplen la función
de seis diodos discretos. El funcionamiento de este tipo de válvulas podía
mantenerse cuando la temperatura de funcionamiento estuviera dentro de los
valores límites y no se permitiera la extinción del arco. Para poder ponerlas
en marcha era necesario un electrodo de cebado que recibía un impulso de alta
tensión. Así creaba un arco inicial.
El siguiente avance consistió en
dotar a las válvulas de la capacidad para activar la conducción en un punto
arbitrario de la señal rectificada. En 1930 comenzó el desarrollo del válvulas
conmutables que ofrecían el accionamiento de equipos de potencia, tal y como
sucede actualmente con los tiristores. Conectándolas en un puente H se podía
construir un inversor conmutado en línea. Por tanto, ya eran posibles las
opciones de rectificación y conversión. En 1939 BBC construyó una línea de
demostración temporal para la exposición suiza Swiss National Exhibition and
Trade Show de 1939. Consistía en una línea de CC de 500 kW y 50 kV con una
estación convertidora en ambos extremos. Tenía una longitud de 25 km y empleaba
un sólo cable haciéndose el retorno por tierra. Se puede considerar que esta
línea experimental fue precursora de las actuales líneas de alta tensión en
corriente continua (HVDC).
La fabricación de rectificadores de
arco de mercurio cesó a mediados de la década de los 60 del siglo XX. Fueron
sustituidos progresivamente por elementos semiconductores. Éstos constituyeron
una verdadera revolución tecnológica, que junto con otras, ha configurado el
mundo tal y como lo conocemos actualmente. En cierto modo, no es que permitan
hacer cosas que antes no se pudiese, sino que posibilitan hacerlo de manera más
económica, eficaz, eficiente y en un menor espacio. Dos ejemplos son los
equipos informáticos o los trenes de alta velocidad, que no serían posibles sin
la gestión de grandes potencias eléctricas que ofrece la electrónica de
potencia.
Dentro del ámbito del Patrimonio
Industrial en la Comunidad de Madrid, encontramos el uso de conmutatrices en la
Nave de Motores de Pacífico, que es una antigua central térmica de Metro de
Madrid. La corriente trifásica de 1500 voltios generada por los motores diesel
o procedente de entidades suministradoras llegaba a dos transformadores de 1110
kVA, cuyos bobinados secundarios eran hexafásicos, para reducir el rizado de la
señal final rectificada. Después de los transformadores la corriente pasaba a
las conmutatrices que la convertían en corriente continua a 600 voltios, apta
para la tracción de los automotores del ferrocarril metropolitano. No obstante,
posteriormente también contó con un rectificador de vapor de mercurio.
Nave de Motores de Metro de Madrid
Bibliografía.
- ABB review 2/13
- MANZANO CANO, Jesús. ELECTROTECNIA. ANAYA. Madrid. 2001.
- ROBERJOT, P. ELECTRICIDAD INDUSTRIAL III. Máquinas. Editorial GUSTAVO GILI, S.A. Barcelona. 1950.
- OTAMENDI, Miguel. Central térmica del Metropolitano Alfonso XIII. Revista de Obras Públicas. 1924.
hola, me gusto mucho el artículo que publicaste, también leí el artículo publicado por ABB y me pareció muy interesante la conversión CC-CA mecánica que antes se realizaba. Quisiera saber más sobre como funcionaban las conmutatrices ¿Tienes alguna información que podrías facilitarme? te lo agradecería bastante.
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