jueves, 24 de enero de 2019

Apuntes sobre el gasógeno I

La información publicada por mi amigo Antonio Bravo el otro día, en Facebook, y vídeo de André Citroen Astuces Club - Page, en la misma red social, me han empujado a comenzar una recopilación de datos sobre la tecnología que permitió la circulación de automóviles durante la cruda posguerra española. Bueno, no sólo coches. Incluso también ferrocarriles como más adelante detallaré.

En el grupo público Historias Matritenses, Antonio Bravo, explica que existieron dos tipos fundamentales de gasógenos aplicados al transporte. Los que quemaban madera, principalmente de pino, que generaban un conjunto de gases inflamables gracias a una combustión incompleta. El otro tipo, más evolucionado tecnológicamente, se basaban en la obtención de gas Acetileno CH=CH gracias a la reacción química al introducir piedras de carburo en agua. En ambos casos los gases eran conducidos a los motores de combustión interna, como sustitutos de la gasolina.


 [Imagen aportada por Antonio Bravo en Historias Matritenses].

 [Imagen aportada por Antonio Bravo en Historias Matritenses].



Vídeo muy interesante en el que podemos ver un ejemplo de aplicación de gasógeno a un vehículo clásico.

El mismo Antonio nos cuenta como era frecuente ver a gente pija de la época portando palas, madera o carbón en sus flamantes carros para que estos pudieran andar. Incluso se llegó a ver al propio dictador Franco en un coche propulsado por este método durante un desfile. Aunque posiblemente se tratase de una maniobra de propaganda para fomentar el uso de esta tecnología. Se comenta que incluso realmente el gasógeno lo podía llevar apagado y estar tirando de gasolina.


  [Imagen aportada por Antonio Bravo en Historias Matritenses].


 [Imagen aportada por Antonio Bravo en Historias Matritenses].


El caso es que a parte de señoritos y demás gentes pudientes, el gasógeno permitió a taxistas y transportistas poder mover sus vehículos en un momento histórico en el que España padeció fuertes restricciones en cuanto a suministro de petróleo.

 [Imagen aportada por Antonio Bravo en Historias Matritenses].

Un periodista y divulgador de referencia para estas cuestiones es Alejandro Polanco. En su web TECNOLOGÍA OBSOLETA nos transmite el relato oral sobre la poca eficacia y eficiencia de este sistema. Los vehículos dotados con gasógeno solían llevar encima una reserva de gasolina. A la hora de encarar rampas con cierta pendiente la fuerza aportada por los gases no era suficiente y el conductor tenía que manipular el mecanismo para aportar un mínimo caudal de gasolina.

En fin, que hay mucho que contar sobre este capítulo de la tecnología española. Y espero poder seguir haciéndolo en sucesivas entradas, explicando por qué resultó aparatoso y poco eficiente. En sí, a la tecnología de gasificación, mediante técnicas modernas y de manera centralizada le veo, como ingeniero, opciones de futuro.