En
este último día de 2017, España no deja de dolerme ni de sorprenderme por su
patrimonio histórico. Y el último descubrimiento del año ha sido una
instalación de bombeo de agua potable que data de 1885, conocida como Adufe
Bajo, gracias a Ángel Domínguez Sánchez-Barranco.
La
empresa británica The Seville Water Works Company logró la concesión
administrativa para el suministro de agua potable a la ciudad de Sevilla en
1882. Con tal fin levantó un enorme edificio que albergaría una gran máquina de
vapor encargada de elevar el agua de los ricos acuíferos de la zona de los Alcores, en la próxima localidad
de Alcalá de Guadaira. Así, desde el depósito de presión y almacenaje de Adufe
Alto, situado a 80 metros sobre el nivel del mar, el agua ganaba energía
potencial para poder llegar hasta la capital hispalense, con una altitud
inferior a los 20 metros.
Aunque
la máquina de vapor ha desaparecido, las instalaciones siguen en funcionamiento
con máquinas eléctricas. El estado de conservación parece bueno y esto es digno
de felicitación para la empresa propietaria. Y gracias a unas obras de
mantenimiento llevadas a cabo en 2010, se pudo redescubrir el primitivo
depósito de Adufe Alto, formado por hermosos pórticos abovedados confeccionados
con ladrillos. Recomiendo ver el siguiente documental realizado para la
compañía EMASESA, encargada en la actualidad del suministro de agua potable a
Sevilla.
Este
es otro ejemplo de obra pública e industrial llevada a cabo por capitales
extranjeros en el siglo XIX español. La revolución industrial nos llegó tarde,
mal y de la mano agenas. Manos que luego recogían sus merecidos beneficios
directos e indirectos. Pensemos que no sólo, en este caso, el beneficio
económico de la distribución de agua potable a Sevilla iba a parar a
capitalistas británicos. Sin haberlo podido confirmar, me aventuro a afirmar
que aquella máquina de vapor fue fabricada en el Reino Unido. Y otros tantos
equipos utilizados en la estación de bombeo de Adufe Bajo. Hasta el carbón que
consumía pudo venir desde el Reino Unido. ¿No había en aquel momento
capitalistas y técnicos en España para haber podido asumir un proyecto así?
Preparados y capacitados opino que si. Dispuestos, parece que no fueron
suficientes.
Pero
que nadie piense que mi crítica histórica y patriótica está motivada por la
clásica manía española hacia los ingleses. Lo mismo sucedió con fábricas, minas
y ferrocarriles impulsados por franceses y belgas. El problema residía en la
actitud de los dirigentes políticos y clases pudientes de aquella España. Pero
como algunos autores afirman, entre otras cuestiones, la enorme deuda del
Estado durante aquella centuria y la práctica inexistencia de una burguesía
adecuada, dejaron nuestros potenciales económicos en bandeja para compañías
extranjeras. Y hablando de ingleses, en mi viaje a Londres el pasado mes de
septiembre tuve la oportunidad de conocer el The London Museum of Water &
Steam. Digamos que es una instalación semejante a la descrita, pero que
conserva las viejas máquinas de vapor y funciona en la actualidad como museo.
Aquel viaje, en su conjunto, me fascinó. Y me ayudó a adoptar una visión más
personal sobre los ingleses. Con sus muchos defectos, sin ser los únicos, les
admiro por su espirito de conservación y reutilización del patrimonio
histórico.
Estudiando
la ubicación de Adufe Bajo, he descubierto que entre el edificio de bombeo y la
loma sobre la que está el depósito de Adufe Alto, estuvo tendida la vía del
ferrocarril de ancho ibérico Sevilla Alcalá y Carmona. Estuvo en funcionamiento
entre 1876 y 1975.
Que este ejemplo, entre otros tantos de aquella época, nos sirva de reflexión sobre cuales deben de ser los verdaderos objetivos económicos de una nación, siempre desde el respeto a las demás, pero con el soberano amor propio.
Uno de los edificios del London Museum of Water & Steam.
La chimenea del London Museum of Water & Steam. Compárese con la de Adufe Bajo.
Motor de vapor de 3 etapas expuesto dentro del London Museum of Water & Steam.
Locomotora del pequeño ferrocarril que completa la visita London Museum of Water & Steam y evoca al que existió para el transporte de carbón y cenizas.
Otro motor de vapor expuesto en la parte descubierta del London Museum of Water & Steam.