Para cualquier aficionado al
ferrocarril, lo vivido ayer entre Chamartín y Alcalá de Henares fue
excepcional. Y no sólo aficionados, sino para cualquier ciudadano con una
mínima sensibilidad hacia los ingenios que forjaron nuestra historia y
economía.
El Centro de Estudios Históricos del
Ferrocarril Español organizó un viaje especial entre Madrid-Chamartín y Alcalá
de Henares. La locomotora encargada de la tracción fue la 140-2054, construida
por la Sociedad Española de Construcciones Babcock & Wilcox, de Bilbao (Vizcaya), en 1928. Estuvo matriculada con el
número 4.106 en la antigua Compañía de los Ferrocarriles Andaluces.
El furgón tipo "J", para
servicio del tren, es un vagón cerrado del tipo "unificado",
construido según el diseño elaborado en la década de 1920 para la industria
nacional por parte de la Comisión de Unificación de Material Ferroviario.
El primer coche es de 3ª clase C-2 (ex
Compañía de los Ferrocarriles de Lorca a Baza y Aguilas C-8
y ex Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles C-4.358).
Es de dos ejes y fue construido en 1.889 por The Ashbury Railway Carriage,
de Manchester (GB), para la Compañía de los Ferrocarriles Lorca a Baza y
Aguilas, donde ostentó la numeración C-8. Integrado posteriormente en el parque
de la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles, tuvo la matrícula
C-4.358 (posterior SA-4.610). La tipología del vehículo y líneas estéticas son
británicas.
El segundo coche es uno antiguo de 1ª
Clase, de dos ejes, construido en 1.912 por la Compañía Auxiliar de
Ferrocarriles (posterior Construcciones y Auxiliar de
Ferrocarriles) de Beasain (Guipúzcoa), para la Compañía de
los Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante. Su
numeración en MZA fue A-330, antes de ser transformado en coche obrero con la
matrícula CO-35. Posteriormente quedó integrado en el parque de la Red
Nacional de los Ferrocarriles Españoles, donde fue
matriculado como CO-335.
El tercer vehículo es un antiguo
coche-salón de lujo, de dos ejes, construido en 1.929 por la Sociedad
Española de Construcción Naval de Sestao (Vizcaya), para la Compañía
Nacional de los Ferrocarriles del Oeste de España, donde ostentó la
numeración S-3. Más tarde fue integrado en el parque de la Red Nacional de
los Ferrocarriles Españoles con matrícula Z-203. Es el tipo de vehículo que
poseían las compañías ferroviarias para el transporte de personalidades. A
diferencia de los coches de 3ª clase, posee una gran distinción. Tiene
departamentos interiores y dos amplios salones panorámicos en cada uno de sus
extremos.
Como material de apoyo, la locomotora diesel-eléctrica
10825 acompañó al tren a distancia de "cantón".
El tren partió de Chamartín a las 12:00
rodeado de aficionados, curiosos y medios de comunicación, expulsando hermosas
bocanadas de humo y vapor. Poco antes de las 13:00 llegamos a Alcalá de Henares,
en donde la singular composición volvió a ser objeto de admiración y curiosidad
por parte de viajeros de la red de Cercanías.
Tras realizar la maniobra de inversión
en el triángulo de Coslada, la composición quedó estacionada en el andén
principal de Alcalá de Henares. A las 17:15 partió de vuelta a Madrid y llegó a
Chamartín a 18:15.
Fue una jornada memorable a bordo de
vehículos ferroviarios excepcionales. Uno de ellos, el CO-335 de RENFE, lo he
conocido durante años en el Museo Nacional del Ferrocarril de Delicias en
Madrid. Los visitantes del museo podíamos subir a él y sentarnos en sus
asientos de madera a imaginarnos como debía de ser viajar a bordo de semejante
vehículo. Porque desde luego no parecía que volviese a salir de su situación
estática y sombría, rodeado de material rodante ferroviario estático y frío, en
las instalaciones de Delicias. Es el clásico coche dotado de balconcillos, lo
que lo hace idóneo para componer trenes turísticos.
Respecto al uso de una locomotora de
vapor, poco hay que decir. Esta temporada ha sido la única que ha circulado por
la Comunidad de Madrid a excepción de la "Arganda" del Centro de
Iniciativas Ferroviarias VAPOR MADRID, gestor del Tren de Arganda. He de
recordar que esta temporada el mítico Tren de la Fresa está circulando
remolcado por una locomotora diesel-eléctrica. No voy a entrar a juzgar la
decisión tomada por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, porque no
dispongo de datos. Pero si he de lamentarla. Es triste que este tren turístico
circule sin tracción vapor. Y no es la primera vez. Recuerdo como hace más de
diez años era remolcado por una locomotora eléctrica 276 con colores TALGO 200.
El contraste estético con los coches de madera tipo "Costa" era,
sencillamente, de mal gusto.
Celebro el trabajo llevado a cabo por
el Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español y espero que el viaje
de ayer sea el preludio de un futuro tren turístico regular entre Madrid y
Alcalá de Henares. Es un ejemplo de cómo la iniciativa privada puede impulsar y
gestionar un servicio ferroviario, en este caso turístico. No tiene que haber
sido fácil sacar este proyecto adelante. El porqué, la cantidad de trabas
administrativas, legales y fiscales que rodean cualquier proyecto que se quiera
llevar a cabo en España. Y no hablemos de posible fricciones motivadas por
intereses personales y particulares, que también son frecuentes a la hora de
querer impulsar cualquier empresa.
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