La inmensa mayoría de locomotoras de vapor
activas, que hay en España, se encuentran en parques de modelismo tripulado.
Por tanto, es más usual o fácil disfrutar de estos románticos y hermosos
ingenios, en ferrocarriles de 5, 7.5 o 10 pulgadas.
Este fin de semana se ha llevado a
cabo la jornada “A Todo Vapor” en el Ferrocarril de la Delicias, en Madrid. El
evento ha consistido en abrir el parque el público y dar tracción a los trenes
con locomotoras de vapor, exclusivamente. Esto ha supuesto un esfuerzo
adicional por parte de los socios y colaboradores, ya que las locomotoras de
vapor requieren una atención constante. Pero sarna con gusto no pica, ya que
esta es la guinda a la hora de mantener vivos los oficios tradicionales del
ferrocarril y es un gusto tremendo para quienes participan en ello.
Grandes y pequeños han disfrutado
viendo a los esforzados maquinistas-fogoneros echando carbón en el hogar, y
cuidando con esmero que los niveles de agua y presión en la caldera se
mantengan en los parámetros adecuados. A pesar de ser una tecnología menos
eficiente y con mayores gastos de explotación, el vapor algo tiene, que encanta
y enamora. Yo lo comparo con la vela en el mundo de la mar, que no termina por
pasar de moda.
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