En España son escasos los ejemplos
de preservación del patrimonio industrial. Uno de ellos, en la Comunidad
Autónoma de Madrid, lo representa el Centro de Iniciativas Ferroviarias VAPOR
MADRID. Dicha asociación, sin ánimo de lucro, lleva años luchando por
recuperar, restaurar y mantener material ferroviario, principalmente, de ancho métrico. Además, gestionan el último tramo que ha sobrevivido del mítico
Ferrocarril del Tajuña, dotándolo de un uso turístico. Desde mi punto de vista, para un aficionado al
ferrocarril, el panorama es bastante completo. Vías, puente metálico, material
móvil, estación, talleres…
Cada domingo, dentro de la temporada
de funcionamiento, se enciende la emblemática locomotora Arganda, recuperada
hace años de una chatarrería y restaurada por los miembros de la asociación. Durante
un no demasiado largo, pero tampoco corto, tramo de ferrocarril, uno o una se
puede dar el gusto de viajar a bordo de un tren, compuesto por coches de madera
y remolcado por una locomotora de vapor.
Insisto en que casos como éste, en
nuestro país, hay pocos. Para más información:
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