viernes, 19 de julio de 2019

Un ferrocarril en la Casa de Campo


Una manera que tengo para matar el aburrimiento es bucear entre los numerosos archivos digitalizados por la Biblioteca Nacional de España, a través de su web. Y me gusta investigar sobre proyectos que, no habiéndose podido llevar a cabo, gozaban de ingenio y originalidad.

En el número 119 de la revista Ingeniería y Construcción, publicado en noviembre de 1932, en la página 634 se da cuenta de un proyecto que había sido presentado en la revista “Administración y Progreso” titulado: Proyecto de ferrocarril de recreo para la Casa de Campo. Su autor se llamaba Leopoldo López y a continuación hago un breve resumen de los datos más significativos de aquel camino de hierro.


Plano del proyecto publicado en Ingeniería y Construcción.

El recorrido total era de 15 km y medio, que serían recorridos en una media hora. Se trataba de hacer un ferrocarril como los que ya se habían visto en numerosos parques europeos o las Exposiciones de Sevilla y Barcelona. La vía hubiese tenido un ancho de 581 cm, casi el clásico 600 cm Decauville, empleado para ferrocarriles mineros, industriales y militares. Ésta se habría compuesto por raíles de 9 m de largo, por 8 cm de alto y un peso de 15 kg por metro, tendidos sobre traviesas de madera y balasto menudo.

El proyecto pretendía la máxima adaptación de la vía al terreno con el fin de minimizar el movimiento de tierras y, por tanto, una menor agresión paisajística. Contemplaba el trazado de 17 curvas con un radio superior a 200 m y 2 con radio mínimo de 35 m. La máxima pendiente prevista era de 20 milésimas en una sola rampa con 345 m de longitud. La distribución de los postes de la línea telefónica buscaría la máxima mimetización con el entorno.


Un ferrocarril algo parecido al que se propuso para la Casa de Campo, pero en una playa de Francia.

Las estaciones previstas eran 7, de las cuales 2 se fijarían en zonas de parques, 3 en zonas de campiña y 2 en zonas deportivas. Mas no se aporta ninguna información sobre si cumplirían función para el cruce de trenes.

En cuanto a las locomotoras, atendiendo a las indicaciones del Comité Técnico Municipal, se desechó la opción de la tracción vapor y se fijó el uso de locomotoras con motores de combustión interna (gasolina o diésel).

El parque de material remolcado estaría compuesto por tres tipos de coches: cerrados, con toldillo y descubiertos. Todos con una longitud de 5,5 m y dotados de bogíes. En un principio sus cajas tendrían 1 m de ancho. Pero si tras realizar el replanteo de la vía, se observaba que el paso entre árboles lo permitía, éstas serían más anchas. La capacidad era de 16 plazas repartidas en departamentos de 4. El número inicial de trenes previsto era de 4, con 10 coches cada uno.

Hasta aquí quedan expuestos los datos que he considerado más relevantes sobre este simpático proyecto. Recordemos que corría el año 1932 y la Casa de Campo acababa de ser abierta al pueblo de Madrid de manos del primer ayuntamiento de la Segunda República. ¿Cómo se iba a imaginar el autor del proyecto que tan sólo 4 años después aquel parque se convertiría en un escenario de combate, sangre y fratricidio?


Parece que la apertura de la Casa de Campo a la población estimuló el ingenio de más de uno. Imagen en la que podemos ver a el inventor Adrián Álvarez en el Lago de la Casa de Campo en 1932. [Memoria de Madrid].

Si me ha llamado la atención este documento es porque yo también he soñado y sueño con ferrocarriles en este espacio amplio y verde. Y justamente de la misma manera en que Leopoldo López lo expuso en su proyecto: buscando la mínima agresión hacia el paisaje y entorno ya establecido. Y con una finalidad lúdica.


La Casa de Campo ha estado ligada, de una manera u otra, a los distintos tipos de medios de transporte. Fotografía del interior de un embarcadero en 1930. [Memoria de Madrid].



Proyecto de una fuente en la Casa de Campo, fechado en el fatídico año de 1936. [Memoria de Madrid].

Cierto es que en el Parque de Atracciones ya existió un ferrocarril lúdico, que si no me equivoco, empleó locomotoras provenientes de la Exposición de Sevilla. Llegué a montar en él cuando tendría yo unos 9 años. Pero desapareció. Y es también cierto que sigue existiendo un ferrocarril que atraviesa la Casa de Campo por su flanco sur. El originalmente Ferrocarril Suburbano de Carabanchel, actual línea 10 del Metro de Madrid.

¿Y soñar otra vez con un ferrocarril que recorra este pulmón de la capital, contribuyendo a su uso y disfrute por parte de Madrileños? ¿Y si se empleasen las calles y vías ya existentes para el tendido de raíles sobre los que circulasen tranvías históricos?


El Heaton Park Tramway, muy cerca de Manchester.


El Heaton Park Tramway, muy cerca de Manchester.

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