Antes
de continuar con el desarrollo histórico de las cocheras y talleres de Cuatro
Caminos, creo oportuno detenerme para hablar de otras dos instalaciones para
mantenimiento ferroviario que existieron en el barrio de Chamberí. La primera
fue una humilde cochera, taller y cuadra para los primeros tranvías
traccionados por mulas que circularon por este castizo barrio. Las segundas,
llegaron a ser un centro neurálgico para el mantenimiento del desaparecido
parque móvil de tranvías.
Las cocheras y
talleres de Santa Engracia.
El
28 de octubre de 1878 se inauguró el tranvía con tracción sangre Sol-Chamberí a
través de las calles de Hortaleza y Fuencarral, propiedad de la Sociedad de los
Tranvías del Norte de Madrid. Para albergar coches, mulas y poder realizar
tareas de mantenimiento, fue adquirida una modesta parcela en la calle de Santa
Engracia, a la altura en donde actualmente se encuentra el Colegio Oficial de
Farmacéuticos (nº 31).
Plano parcelario de Madrid de Ibañez de Íbero. 1879, Archivo de Villa de Madrid. [www.memoriademadrid.es].
El
13 de junio de 1880 las vías llegaron a Cuatro Caminos, motivo por el que la
compañía adquirió una parcela más grande para el establecimiento de cocheras,
talleres y cuadras en un terreno conocido anteriormente como “Cruz Verde”,
“Valle del Moro” y más tarde como “San Germán”, a la izquierda de la calle de
Bravo Murillo, fuera de la zona de Ensanche y junto a la Glorieta de Cuatro
Caminos.
En
1895 la Sociedad de los Tranvías del Norte de Madrid había solicitado la
autorización para reemplazar la tracción sangre por motores eléctricos. Pero
tras muchas trabas técnicas y administrativas, no la recibió hasta abril de
1898. Por tanto, los tranvías eléctricos no llegarían a Cuatro Caminos hasta
1902. Desde un principio, en el proyecto de electrificación se estableció que
las máquinas de vapor, generadores eléctricos y aparamenta de mando y
protección serían instaladas en el local de Santa Engracia, destinado hasta
entonces para cuadras y cocheras.
Las instalaciones tranviarias de Santa Engracia, representadas en el plano de Facundo Cañada de 1900. [www.idehistoricamadrid.org].
Desconocemos
ahora mismo la fecha en que estas instalaciones dejaron de prestar servicio
energético y fueron desmanteladas, dando lugar a edificios residenciales.
En
comparación con un vehículo automotor (eléctrico o de combustible fósil) un
tranvía traccionado por animales no parece tener mucho misterio. Pero como
expresa Diego Gutiérrez en su libro AQUELLOS
TRANVÍAS DE MADRID… entorno a las mulas había un equipo de trabajo formado
por mayorales, mozos de cuadra, veterinarios y herreros. La paja y el estiércol
eran elementos constantes en aquellas cocheras. Y no se dejaba de requerir
atención técnica para los desgastes de las timonerías de freno, cojinetes de
ruedas o mantenimiento de correajes y demás elementos de tiro, entre otras
cuestiones.
Modelo de tranvía tirado por caballerías, similar a los empleados por la Sociedad de los Tranvías del Norte de Madrid. Ilustración elaborada por los profesionales del Consorcio Regional de Transporte de Madrid. [Podéis descargar la publicación de manera gratuita en www.crtm.es]
Las
cocheras y talleres de Magallanes
En
1899 se produjo la fusión administrativa de casi todas las compañías de
tranvías existentes en Madrid, conformándose la Societe Generale des Tramways
Electriques d´Espagne, conocida como la “Sociedad General”. Dicha unión fue
dando lugar a la unificación de instalaciones y medios técnicos dentro del
proceso de electrificación iniciado un año antes.
Uno
de los activos aportados por la Compañía del Tranvía del Este fue la propiedad
de una parcela de 71.022 m2 delimitada por las calles de Magallanes,
San Bernardo, Rodríguez San Pedro, Vallehermoso y Fernando el Católico. Justamente
en esa zona se encontraba la central termoeléctrica, ubicada en la esquina de
la calle de Rodríguez San Pedro con San Bernardo, con que se inició el suministro de energía a
los tranvías en 1898.
Vista de los alrededores de la Glorieta de Quevedo en 1877. Podemos apreciar la existencia de un cementerio, motivo por el que aparecieron huesos humanos en las obras de un parking subterráneo en los años 90 del siglo XX. [www.idehistoricamadrid.org].
Con
la idea de crear unas grandes cocheras y talleres centralizados, además de
oficinas, la compañía solicitó el 9 de marzo de 1912 que no se abriesen las
calles de Meléndez Valdés (entre Vallehermoso y Magallanes), la de Magallanes
(entre Rodríguez San Pedro y Meléndez Valdés) y Escosura (entre Meléndez Valdés
y Fernando el Católico). Dichas instalaciones conocidas como cocheras y
talleres de Magallanes, o de Vallehermoso, entraron en servicio en 1916 y
motivaron el abandono de las cocheras de Princesa, Serrano y Pacífico, que
habían sido proyectadas para albergar tranvías de tracción sangre.
Primitivas cocheras de tranvía de la calle de Serrano según el Plano Parcelario de 1877. [www.idehistoricamadrid.org].
El
acceso a las cocheras y talleres se llevó a cabo mediante enlaces desde la
Glorieta de San Bernardo, calles de Fernando el Católico y Rodríguez San Pedro.
Existieron vías con tercer carril para anchos de 1440 mm y 1 m, para la
conexión de la red de tranvías de vía métrica de la Compañía Eléctrica
Madrileña de Tracción (CEMT), que el 1 de enero de 1909 había pasado a ser
gestionada por la “Sociedad General”.
Mapa editado por el Consorcio Regional de Transporte de Madrid en el que podemos apreciar la cercanía entre las instalaciones de Santa Engracia y Magallanes. [Podéis descargar el mapa de manera gratuita en www.crtm.es].
Cocheras y talleres de Magallanes en 1948. Dibujo de Antonio Manuel Sanz Muñoz a partir del plano publicado por Carlos López Bústos en el libro TRANVÍAS DE MADRID.
Según José Antonio Tartajo,
en su trabajo Tranvías de Madrid. Nuevahistoria abreviada, las cocheras y talleres de Magallanes pertenecieron
desde el principio a la Compañía
Madrileña de Contratación y Transportes, sociedad filial de la “Sociedad
General”. Una vez creada la Empresa Municipal de Transportes (EMT) en 1946, se
inició el proceso de enajenación y reconversión del uso del suelo ocupado por
estas instalaciones ferroviarias. El 25% de la parcela se dedicó a calles y
plazas. Se prolongaron las calles de Arapiles y Meléndez Valdés, quedando
enlazadas en la amplia plaza a la que converge la actual Conde del Valle de
Suchil. La clausura definitiva de las cocheras se produjo a principios de la
década de los años 50. Mediante esta
operación, la compañía propietaria de los terrenos se transformó en la inmobiliaria
Vallehermoso.
Construcción de un edificio de viviendas en la calle Meléndez Valdés esquina con calle Vallehermoso. 1954 - 1957. [www.memoriademadrid.es].
Expediente relativos a la calle Vallehermoso 24. 1954 - 1957. [www.memoriademadrid.es].
Vallehermoso S.A. Portada de la Memoria de 1962 [www.memoriademadrid.es].
me parece un trabajo excelente, gracias por el desarrollo de este tema, nos descubres a los arquitectos hasta los orígenes de famosas inmobiliarias
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro de haber podido aportar algo de luz sobre la historia de Madrid.
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