Una
plácida estampa urbana y tranviaria, compartida por Andrés Molina González en
el grupo Historias Matritenses de
Facebook me ha recordado un hecho del que tuve conocimiento gracias a los
documentos atesorados por nuestra Biblioteca Nacional. A través de su
Hemeroteca Digital se puede acceder a los ejemplares escaneados de la revista
Mundo Gráfico, que como me la definió mi amigo Manuel Sánchez León, fue algo
así como la Interview de las primeras
décadas del siglo XX.
En
el número 752 de la mencionada revista se informa sobre un choque entre dos
tranvías en la madrileña calle de Segovia, el 7 de noviembre de 1925. La
crónica periodística relata como un tranvía con el disco 33 (Bombilla-Santo
Domingo), que ascendía por la calle en cuestión, tuvo una avería en sus frenos.
Por tal motivo comenzó a deslizarse calle abajo hasta impactar con otro tranvía
de la línea Norte-Atocha con disco “E”. Otra mítica publicación, Blanco y
Negro, reportó el siniestro en su número 1800 publicado el 15 de noviembre de
1925.
El
tranvía con disco 33, causante del accidente, tenía la numeración 204. Formó
parte de la serie Union I compuesta por 42 vehículos fabricados en Bélgica por
Union Thomson Houston y puestos en servicio en 1901. Conocidos por los
madrileños como “los grises”, portaban dos motores GE 58 de 35 CV y tenían 8
metros de longitud. Según López Bustos,
el motivo del siniestro radicó en una avería en el freno de mano. Al comenzar a
retroceder, el conductor aplicó el freno eléctrico. Pero al estar los carriles
húmedos, las ruedas comenzaron a patinar y el freno perdió su eficacia. Terminó
impactando, como ya he comentado, con otro tranvía que le iba siguiendo en el
ascenso hacia el centro de Madrid. El choque fue muy violento y el segundo
tranvía, tras salirse de la vía, comenzó a rodar calle abajo hasta que el
bordillo de la acera hizo de calzo y lo detuvo. Pero, curiosamente, la polea de
su trole no se llegó a salir de la catenaria, quedándose la luces encendidas.
La presencia de caballeros con paraguas delata que aquel fue un día húmedo en la capital. [Mundo Gráfico, nº 752, 11 de noviembre de 1925].
Estado en que quedó el testero del tranvía 204. [Mundo Gráfico, nº 752, 11 de noviembre de 1925].
El
segundo tranvía implicado tenía la numeración 328 y pertenecía a la serie
Charleroi II, también de fabricación Belga. Dicha serie estuvo compuesta por 25
vehículos que comenzaron a presar servicio en 1908. Eran más potentes y veloces
que sus predecesores “los grises”, con una tara de 10.590 kg y 8,320 m de
longitud. De hecho, según López Bustos, se procuró que no circulasen en las
mismas líneas, imagino que para evitar alcances o entorpecimientos en la
circulación.
l testero del tranvía Fuerzas de seguridad y otras presencias junto a los tranvías siniestrados. [Blanco y Negro, nº 1800, 15 de noviembre de 1925].
Cada
tranvía tenía capacidad para 16 viajeros sentados y 21 de pie distribuidos en
sus plataformas. Dado que hubo 41 heridos, no parece que los dos tranvías
estuviesen prestando servicio ocupados a su máxima capacidad.
El tranvía 204 que perdió los frenos, serie Union I, era similar al Westinghouse I. Ilusitración publicada por el Consorcio Regional de Transporte de Madrid. [Podéis descargar la publicación de manera gratuita en www.crtm.es]
El tranvía 328 que recibió el impacto, de la serie Charleroi II, era similar al ilustrado por el Consorcio Regional de Transporte de Madrid. [Podéis descargar la publicación de manera gratuita en www.crtm.es]
He
pretendido aprovechar el relato de este siniestro para realizar una modesta
descripción de dos modelos de tranvía que existieron en Madrid. Aunque ahora
parezca algo mitológico, estos ingenios electromecánicos corretearon tanto por estrechas
como amplias vías de la capital. De hecho, repasando cartografía antigua, he
confirmado que en la misma calle de Segovia, entre la Plaza de Puerta Cerrada y
la intersección con las calles del Cordón y la actual Doctor Letamendi, el tejido
urbano obligó a establecer una sección de vía única para la circulación de los
tranvías. Y volviendo al tramo en que se produjo el accidente, la circulación por
los mismos raíles de los tranvías con disco 33 (Bombilla-Santo Domingo) y E
(Atocha-Norte) se producía entre las intersecciones con el paseo de la Virgen
del Puerto y la ronda de Segovia. A través de Google Earth he medido una
longitud aproximada en planta de 350 m, junto con un desnivel de 12 m. Por
tanto, he calculado una rampa aproximada de 34 milésimas. Desnivel propio de
ferrocarriles de montaña.
Calle y puente de Segovia representados en el plano de Facundo Cañada de 1900. Podemos apreciar en rojo el trazado de la línea de tranvía que unía las estaciones de Atocha y Norte. [www.idehistoricamadrid.org].
Otra visión de la calle y puente de Segovia a través del plano de Pedro Núñez Granés de 1910. [www.idehistoricamadrid.org].
A través del plano del Ayuntamiento de 1929 podemos apreciar el tramo de vía en donde se produjo el accidente, dentro del recuadro en rojo. [www.idehistoricamadrid.org].
Dentro del recuadro rojo podemos ver el tramo de la calle de Segovia en que las vías de ascenso y descenso se unían en una sola para poder sortear los edificios. Plano del Ayuntamiento de 1929 . [www.idehistoricamadrid.org].
Otra visión de la calle y puente de Segovia a través del plano de Pedro Núñez Granés de 1910. [www.idehistoricamadrid.org].
A través del plano del Ayuntamiento de 1929 podemos apreciar el tramo de vía en donde se produjo el accidente, dentro del recuadro en rojo. [www.idehistoricamadrid.org].
Magnífico mapa editado por el Consorcio Regional de Transporte de Madrid en el que podemos ver la el tramo común entre las líneas de tranvía de Bombilla-Santo Domingo y Atocha-Norte, además de la cercana y desaparecida estación de Goya, del ferrocarril Madrid-Almorox. [Podéis descargar el mapa de manera gratuita en www.crtm.es].
Gracias
a las redes sociales, antiguos periódicos y trabajos póstumos de fotógrafos, vamos
conociendo las estampas de aquel Madrid auténtico y genuino. Veremos si las
dificultades energéticas y obligaciones con el medio ambiente no nos obligan a
volver a adoptar este medio de transporte en su formato moderno, dentro de un
futuro no muy lejano.
Tranvía circulando por el Puente de Segovia. Año 1950.
Fotógrafo Agustín.
Foto archivo ABC. Ref_5631095
Estampa castiza y auténtica del Puente de Segovia hacia 1930. [www.memoriademadrid.es].
Tranvía “Charleroi II a V”, serie 500-630, Línea 36 Plaza Mayor- Alto Extremadura, por Català-Roca, hacia 1954. [www.descubrirelarte.es].
Respecto
al hecho en sí del accidente descrito, me abstengo de hacer conjeturas sobre
las causas que lo provocaron. No he tenido acceso a ningún informe pericial.
Desconozco, aunque me lo imagine, si pudo deberse a un mantenimiento incorrecto
o precario de la timonería de freno del tranvía 204. Pero si afirmo con
rotundidad para todos aquellos que sienten fobia y pánico de cara a la
reimplantación de los tranvías en Madrid, que la tecnología actual aleja con
creces la probabilidad de que repita un suceso así. Siempre y cuando la mano
que la maneja sea responsable. Pero de este último factor no se escapan ni
tranvías, autobuses, barcos o aviones.
Agradecimientos
A Miguel Ángel Delgado, sus compañeros del Consorcio Regional de Transporte y demás colaboradores que hicieron posibles las publicaciones gratuitas que han contribuido a mantener la memoria del Madrid chulo y auténtico con el que muchos nos identificamos.
Agradecimientos
A Miguel Ángel Delgado, sus compañeros del Consorcio Regional de Transporte y demás colaboradores que hicieron posibles las publicaciones gratuitas que han contribuido a mantener la memoria del Madrid chulo y auténtico con el que muchos nos identificamos.
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