Como
en tantas otras ciudades del mundo, la histórica red de tranvías de Seattle
(Estados Unidos) desapareció bajo el asfalto fruto del arrollamiento económico
y político de la industria del automóvil allá por la década de los años 30 del
siglo pasado.
Pero
en 1974 a un señor se le ocurrió que sería buena idea recuperar este entrañable
medio de transporte para dinamizar la vida en el paseo marítimo de Seattle.
George Benson fue un conocido farmacéutico y músico que nación en 1919 en
Minesota y se trasladó a Seattle en 1938. Tras obtener el grado universitario
en farmacia sirvió en la Armada de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra
Mundial. Pudo contarlo y tras su regreso a casa se implicó en la vida
comunitaria terminando por, como diríamos en España, meterse en política. Se
dedicó durante años a mejorar la vida en su ciudad desde el consistorio,
gestionando programas contra la delincuencia, controles de armas o reactivando
su red de transporte público.
Como
he comentado, en 1974 George comenzó a proponer y defender la idea de un
tranvía que recorriese el paseo marítimo de la ciudad. Como era de esperar, a
tal propuesta se le tachó como "la locura de Benson". Haber dicho la
"locura de George" hubiese podido confundir el asunto con la demencia
padecida por el afamado rey inglés que perdió la cabeza (en sentido cognitivo)
y las colonias de Norte América. Pero en 1977 obtuvo el preceptivo permiso
administrativo y en 1981 logró implicar a empresarios y propietarios del paseo
marítimo para que aportasen 1,2 millones de dólares. George y su esposa Evelyn
viajaron hasta Melbourne (Australia) en 1978 con la intención de comprar 5
tranvías con caja de madera de 1920, junto con un buen acopio de piezas de
recambio, para así constituir el parque móvil.
Tras
el regreso a casa, George se pasó unos cuantos fines de semana pintando y poniendo
a punto los 5 vehículos dentro de un almacén cedido por la Guardia Costera. Con
la ayuda de los senadores Warren G. Magnuson y Henry M. Kackson, George logró
que la compañía ferroviaria Burlington Northen Railroad permitiese la
circulación de los tranvías por sus vías del paseo marítimo. El vicepresidente
regional de la empresa, Richard A. Buelke, comenzó a colaborar con George en
los trámites administrativos y técnicos.
El
sueño de George vio la luz el 29 de mayo de 1982 con la puesta en servicio de
una línea de 1,6 millas de longitud entre Broad Street y Main Street. Este
modesto ferrocarril urbano sirvió de impulso para el renacimiento de tal medio
de transporte en Seattle a partir de 1985 bajo la denominación de sistema
"Metro Transist" y que ha ido creciendo hasta nuestros días.
A
través del maestro José María Valero acabo de tener noticia del proyecto
"Friends of the Benson Trolleys". Se trata de una organización sin
ánimo de lucro que pretende volver a poner en servicio de aquellos viejos
tranvías que llevó George Benson a Seattle. Aunque el ente público SDOT
(Seattle Departament of Transportation) y la empresa Metro Transit apoyan el
proyecto, se necesitan fondos adicionales. Para ello, Friends of the Benson
Trolleys ha puesto en marcha una campaña de donativos. El primer objetivo es
recaudar 30.000 dolares que permitan contratar un estudio de ingeniería que
determine como adaptar los antiguos sistemas eléctricos a la tensión eléctrica
de servicio de la actual red tranviaria. El siguiente paso será recaudar 1
millón de dolares para lograr la puesta en servicio de los tranvías de Benson.
Comienza así un nuevo esfuerzo para modernizar estos vehículos y devolverlos al
servicio comercial en las calles de Seattle.
Según Charles Gibbs, se
trata de una gran oportunidad para conectar zonas históricas de la ciudad
mediante tranvías históricos, consiguiendo así ofrecer una grata experiencia de
viaje para residentes y turistas. Es una opción muy valiosa para reconectar la
creciente ciudad con su historia. La intención es que recorra lugares como
Chinatown-International District, Pioneer Square, Pike Place Market y el Museo
de la Historia e Industria de Seattle.
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