El
pasado domingo 5 de marzo arrancó la temporada invierno-primavera de
circulaciones públicas del Tren de Arganda, ferrocarril gestionado por la
asociación Centro de Iniciativas Ferroviarias VAPOR MADRID (CIFVM). Y los
socios de dicha entidad tenemos el orgullo de que finalmente la locomotora
Áliva, tras un largo proceso de restauración, se puede hacer cargo de la tracción
del servicio entre La Poveda y la Laguna del Campillo.
Foto: Felipe Martínez
Foto: Felipe Martínez
Foto: Felipe Martínez
Ya
logramos que a finales de 2016 Áliva volviese a despertar de su letargo. Desde
el primer encendido en el verano de dicho año, se estuvieron ejecutando mejoras
mecánicas en el aparato motor para optimizar su rendimiento, además de otras cuestiones
técnicas y estéticas. Se trata de una locomotora construida en 1926 por la casa
alemana Orenstein & Koppel (O&K). Perteneció a la Real Compañía
Asturiana de Minas. Fue utilizada para el transporte de mineral entre la mina
Reocín y Torrelavega, en Cantabria. Tras ser dada de baja, se hizo cargo de
ella la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Torrelavega que en 1994 la
traspasó a CIFVM.
Así llegó Áliva a las instalaciones de VAPOR MADRID (www.manuserran.com)
Es
una locomotora-tender, lo que significa que porta ella misma los depósitos de
agua y combustible, prescindiendo del clásico vagón acoplado. Esto aporta una
serie de ventajas a las locomotoras de uso industrial. Tiene tres ejes motrices
y consume carbón como combustible. Además cuenta con un turbogenerador de vapor
que proporciona corriente continua para los faroles, iluminación de la cabina
de conducción y otros accesorios que queramos poner. Dicha máquina eléctrica
también ha sido restaurada por socios de VAPOR MADRID y funciona correctamente.
Restaurar
una locomotora de vapor es apasionante pero nada fácil. Además de los estragos
generados por el abandono, tales como oxidaciones, corrosiones y alteración de
calidades superficiales, se añade el propio desgaste acusado por la máquina en
el momento de ser dada de baja. Tampoco existen manuales, en España, sobre qué
criterios son mejores para devolver a la vida a un ingenio así. El gran secreto
reside, en mi opinión, en el trabajo en equipo y en la puesta en común de
conocimientos y habilidades. Prescindiendo de personalismos egocéntricos y
practicando una postura abierta y dialogante para investigar y aplicar las
posibles y mejores soluciones a los problemas técnicos.
El
proceso ha sido largo y duro. Cuando en varias ocasiones pensábamos que veíamos
el final del túnel, encontrábamos problemas imprevistos que debíamos atender en
pos de la calidad y el buen rendimiento final de la máquina. Esto hacía que el
proyecto se alargase, cargando la moral del equipo y alimentando lenguas viperinas
que rezaban por nuestro fracaso.
Ha
sucedido, además, que la mítica locomotora Arganda fue retirada del servicio al
final de la temporada otoño-invierno de 2015. Su caldera mostró signos de envejecimiento
que hicieron conveniente su desmontaje para la elaboración de una nueva. Y así
se está haciendo en una industria de Valladolid. Mientras tanto, el servicio
ferroviario entre La Poveda y Laguna del Campillo fue atendido por la
locomotora diésel O&K de VAPOR MADRID. Dicha ausencia de tracción vapor no
fue mal recibida entre los viajeros, pero había empezado una cuenta atrás
crítica. Era necesario devolver la tracción vapor como esencia fundamental de
la asociación y sus servicios a la ciudadanía. Y como factor moralizante entre
los entusiastas del ferrocarril que apostamos por el uso cultural y turístico
de este tipo de locomotoras.
Lo
hemos logrado y el buen sabor de boca hace olvidar las tensiones vividas.
Tenemos por delante toda una temporada, hasta el 28 de mayo, en la que
realizaremos 3 circulaciones entre La Poveda y Laguna del Campillo a las 11:00,
12:00 y 13:00. Cobramos un billete de 5 euros por persona, a partir de los 3
años de edad. No recibimos ningún tipo de subvención económica, por lo que con dicho
ingreso económico es fundamental para comprar materiales, herramientas o pagar
servicios externos. Así es como desde CIFVM, asociación sin ánimo de lucro,
podemos restaurar trenes históricos, mantenerlos y hacer que sigan en servicio
los 4 kilómetros que han sobrevivido del mítico Ferrocarril del Tajuña, que unió
Madrid con Alocén (Guadalajara) y Colmenar de Oreja.
Para
reservar los billetes: