sábado, 11 de marzo de 2017

El definitivo despertar de Áliva

El pasado domingo 5 de marzo arrancó la temporada invierno-primavera de circulaciones públicas del Tren de Arganda, ferrocarril gestionado por la asociación Centro de Iniciativas Ferroviarias VAPOR MADRID (CIFVM). Y los socios de dicha entidad tenemos el orgullo de que finalmente la locomotora Áliva, tras un largo proceso de restauración, se puede hacer cargo de la tracción del servicio entre La Poveda y la Laguna del Campillo.

Foto: Felipe Martínez 

Foto: Felipe Martínez 


Foto: Felipe Martínez 


Ya logramos que a finales de 2016 Áliva volviese a despertar de su letargo. Desde el primer encendido en el verano de dicho año, se estuvieron ejecutando mejoras mecánicas en el aparato motor para optimizar su rendimiento, además de otras cuestiones técnicas y estéticas. Se trata de una locomotora construida en 1926 por la casa alemana Orenstein & Koppel (O&K). Perteneció a la Real Compañía Asturiana de Minas. Fue utilizada para el transporte de mineral entre la mina Reocín y Torrelavega, en Cantabria. Tras ser dada de baja, se hizo cargo de ella la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Torrelavega que en 1994 la traspasó a CIFVM.

Así llegó Áliva a las instalaciones de VAPOR MADRID (www.manuserran.com)

Es una locomotora-tender, lo que significa que porta ella misma los depósitos de agua y combustible, prescindiendo del clásico vagón acoplado. Esto aporta una serie de ventajas a las locomotoras de uso industrial. Tiene tres ejes motrices y consume carbón como combustible. Además cuenta con un turbogenerador de vapor que proporciona corriente continua para los faroles, iluminación de la cabina de conducción y otros accesorios que queramos poner. Dicha máquina eléctrica también ha sido restaurada por socios de VAPOR MADRID y funciona correctamente.




Restaurar una locomotora de vapor es apasionante pero nada fácil. Además de los estragos generados por el abandono, tales como oxidaciones, corrosiones y alteración de calidades superficiales, se añade el propio desgaste acusado por la máquina en el momento de ser dada de baja. Tampoco existen manuales, en España, sobre qué criterios son mejores para devolver a la vida a un ingenio así. El gran secreto reside, en mi opinión, en el trabajo en equipo y en la puesta en común de conocimientos y habilidades. Prescindiendo de personalismos egocéntricos y practicando una postura abierta y dialogante para investigar y aplicar las posibles y mejores soluciones a los problemas técnicos.

El proceso ha sido largo y duro. Cuando en varias ocasiones pensábamos que veíamos el final del túnel, encontrábamos problemas imprevistos que debíamos atender en pos de la calidad y el buen rendimiento final de la máquina. Esto hacía que el proyecto se alargase, cargando la moral del equipo y alimentando lenguas viperinas que rezaban por nuestro fracaso.










Ha sucedido, además, que la mítica locomotora Arganda fue retirada del servicio al final de la temporada otoño-invierno de 2015. Su caldera mostró signos de envejecimiento que hicieron conveniente su desmontaje para la elaboración de una nueva. Y así se está haciendo en una industria de Valladolid. Mientras tanto, el servicio ferroviario entre La Poveda y Laguna del Campillo fue atendido por la locomotora diésel O&K de VAPOR MADRID. Dicha ausencia de tracción vapor no fue mal recibida entre los viajeros, pero había empezado una cuenta atrás crítica. Era necesario devolver la tracción vapor como esencia fundamental de la asociación y sus servicios a la ciudadanía. Y como factor moralizante entre los entusiastas del ferrocarril que apostamos por el uso cultural y turístico de este tipo de locomotoras.










Lo hemos logrado y el buen sabor de boca hace olvidar las tensiones vividas. Tenemos por delante toda una temporada, hasta el 28 de mayo, en la que realizaremos 3 circulaciones entre La Poveda y Laguna del Campillo a las 11:00, 12:00 y 13:00. Cobramos un billete de 5 euros por persona, a partir de los 3 años de edad. No recibimos ningún tipo de subvención económica, por lo que con dicho ingreso económico es fundamental para comprar materiales, herramientas o pagar servicios externos. Así es como desde CIFVM, asociación sin ánimo de lucro, podemos restaurar trenes históricos, mantenerlos y hacer que sigan en servicio los 4 kilómetros que han sobrevivido del mítico Ferrocarril del Tajuña, que unió Madrid con Alocén (Guadalajara) y Colmenar de Oreja.




Para reservar los billetes: