lunes, 10 de agosto de 2015

Áliva Resucitada I

Tras haber superado la prueba de presión de la caldera, por parte de una empresa certificadora, hemos procedido a devolver el fuego a las entrañas de la locomotora tras casi 40 años parada.



Por encima de connotaciones románticas, el objetivo ha sido detectar fugas en el circuito de vapor, comportamiento de inyectores y demás accesorios de la caldera. No se ha tratado el aparato motor de la locomotora, que aún necesita reajustes de la distribución, entre otras cosas. No obstante, sentir el calor en el hogar y el aroma a hulla quemada, nos ha revitalizado para continuar adelante con los trabajos, que aún hay mucho por hacer.